Siete colinas protegen Roma, la orgullosa capital de Italia, un destino de leyenda.
El Imperio Romano hizo grande a esta ciudad que hoy en día se levanta como uno de los centros culturales más importantes que se pueden visitar. El destino de los monumentos, los museos, las fuentes o las calles con más historia y leyendas del mundo conocido. Y es que muy pocos lugares en el planeta están a la altura de la conocida como «Ciudad Eterna», una parada imprescindible en el itinerario de todo viajero. Descubre sus cinco lugares más emblemáticos, como el Foro Romano o la Fuente de Trevi, y conoce la curiosidad original que tiene como protagonista a una loba salvaje. Bienvenidos a Roma.

La Fuente de Trevi
Primera parada: la icónica Fuente de Trevi, una representación en escultura del dios Océano gobernando las aguas. El monumento surge a través de un concurso creado por el Papa Clemente XII en 1732 con la intención de incentivar a los mejores artistas de esa época a crear algo icónico. El proyecto ganador fue el de Nicola Salvi, un arquitecto nacido en Roma, y finalizado por Giuseppe Pannini tras la muerte de Salvi.
La Fuente de Trevi es una representación coral de distintos elementos naturales, figuras alegóricas y también legendarias, como caballos o tritones, tallados en mármol traventino. El centro de la fuente lo protagoniza Océano y su carruaje en forma de concha junto con el continuo movimiento de las aguas brotando a su alrededor. La obra de arte se encuentra en una gran cuenca adosada al Palazzo Poli.
Entre los visitantes existe la costumbre de lanzar una moneda a la fuente, pues se dice que quien lo haga volverá de nuevo a Roma. Otra costumbre no tan conocida es la de beber en pareja de la Fuente de los enamorados, dos caños pequeños con la mágica propiedad de enamorar para siempre a quienes beban de ellos. O al menos eso dicen.

Anfiteatro Flavio
El emblema de Roma es el Anfiteatro Flavio. Esta colosal construcción es una ventana abierta que muestra la grandeza que Roma tuvo en el pasado y la importancia de aquel Imperio Romano. El monumento data del Siglo I y se mandó construir por petición del Emperador Tito Flavio Vespasiano en el año 70 d.C. y finalizó en el año 80 d.C. bajo el mandato de su hijo Tito. Se encuentra ubicado entre las colinas de Esquilino, Celio y Palatino formando parte del conocido como Parque Arqueológico del Coliseo.
El Anfiteatro Flavio era el escenario de muchos espectáculos, entre los que destacan las luchas de gladiadores. La arena donde batallaban tenía una área de 76 metros por 46 metros y se encontraba sobre una superficie de madera. Las dimensiones del propio edificio eran impresionantes para la época, destacando los más de 48 metros de altura y su espectacular aforo rondando los 50.000 espectadores.
Una de las curiosidades de este monumento tiene que ver con su nombre. Su denominación original es Anfiteatro Flavio, en honor al emperador que mandó su construcción, pero la gran mayoría de personas lo conocen por otro nombre: Coliseo. La razón de este segundo nombre se encontraba en una gigantesca estatua de bronce del Coloso de Nerón, que ubicaba sus 30 metros de altura muy próximos al Anfiteatro Flavio, y por esa cercanía se empezó a conocer a este emblema como Coliseo.

Castillo de Sant’Angelo
El Castillo de Sant´Angelo o Mausoleo de Adriano es una gran fortaleza construida entre el año 123 d.C. y el 135 d.C. y ubicada en la orilla derecha del río Tíber. La idea fue del emperador Adriano y con la intención de que sirviese de mausoleo para él y su familia. A lo largo de la historia, este monumento ha servido a muchos propósitos, como ser prisión de los Estados Pontificios, una fortaleza o la tumba del mismísimo emperador Adriano.
Para llegar hasta el castillo hay que cruzar el puente más famoso de Roma: puente de Sant´Angelo. Este puente evolucionó cuando la ciudad dejó a un lado el culto al panteón romano y se centró en la religión católica, de hecho, el puente tiene varias estatuas de ángeles en su recorrido. Y cuidado con cruzar el puente la noche del 10 al 11 de septiembre, ya que se dice que el puente está habitado por un fantasma y que se aparece durante esa misma noche.
Otra curiosidad del monumento tiene forma de pasillo. El Passetto di Borgo es un pasadizo secreto que conecta el Castillo de Sant´Angelo con el Palacio Apostólico en Ciudad del Vaticano. Su misión es la de posibilitar la huida del Papa hacia la fortificación si este se encontrase en peligro. Y el Passetto di Borgo ya cumplió su función hasta en dos ocasiones, una salvando al Papa Alejandro VI de la milicia francesa en 1494 y otra acon el Papa Clemente VII durante los saqueos de Roma de 1527.

Panteón de Agripa
El Panteón de Agripa es el vestigio más fiel del Imperio Romano gracias a mantenerse prácticamente intacto tras sus más de 2.000 años de historia. Este monumento albergó la mayor cúpula del mundo hasta el siglo XX, más grande incluso que la de la Basílica de San Pedro, y su interior esconde una esfera única en la que brilla con luz propia el óculo por el que se cuela un haz de luz casi divino.
Marco Vispiano Agripa mandó construir el Panteón el año 27 a.C. para honrar a los dioses del panteón romano. Años después fue ampliado por Adriano y obtuvo la orientación y el aspecto que tiene en la actualidad. Hoy en día, el Panteón de Agripa es el edificio romano mejor conservado del mundo. Su resistencia al tiempo muestra las grandes labores arquitectónicas que se llevaban a cabo en el Imperio Romano y que, afortunadamente, pueden ser vistas a través de los ojos de nuestros tiempos.

Foro Romano
El Foro Romano fue un espacio que albergó el centro de la vida pública del Imperio Romano. Construido sobre una antigua zona pantanosa saneada, este lugar era el centro neurálgico de uno de los mayores imperios de la historia.
En sus comienzos, destacaban las edificaciones destinadas a transacciones comerciales, las que celebraban los momentos religiosos y también las que acogían prácticas políticas. Con el paso del tiempo, este lugar se quedó pequeño para albergar todo esto y las edificaciones que sucedieron fueron más monumentales y en honor a emperadores pasados.
Más tarde, el lugar se devaluó hasta convertirse en zona de pastoreo y los monumentos siguieron en pie gracias a sus reconversiones como iglesias. Hoy en día, el Foro Romano es una parada turística dada la importancia que tuvo en el pasado y las diversas excavaciones que se llevaron a cabo para rescatar aquellos recuerdos.
Original de Roma: la loba Capitolina
La antigua mitología romana narra que los herederos al trono de Alba Longa eran Rómulo y Remo, dos hermanos gemelos que eran hijos de Rea Silva, perteneciente a la realeza, y de Marte, el temible dios de la guerra del panteón romano. Para salvarlos de una muerte segura a manos del rey, su madre los depositó en un canasto y lo arrojó al Tíber para que la corriente los llevara lo más lejos posible de aquel funesto destino.
Una loba encontró la cesta encallada en una orilla del Tíber cuando se acercó para beber del río. El animal observó que si los dejaba a su suerte morirían de hambre o deborados por alguna fiera, así que decidió llevarlos hasta el interior de su cueva, cerca del monte Palatino, y allí amamantar y criar a los hermanos como si fuesen sus propios cachorros. Años más tarde, Rómulo fundó la gran Roma en aquel monte Palatino, y la loba, también conocida como Luperca o Loba Capitolina, y su leyenda quedaron ligadas para siempre a la «Ciudad Eterna».

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